Todos los lunes por la mañana, Reyna Montoya espera la decisión final de la corte suprema sobre la batalla judicial de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). Reyna, como 650,000 otros "dreamers/soñadores" vino a los Estados Unidos cuando era menor de edad. Según el programa, los soñadores están protegidos de las deportaciones y existen ciertas protecciones para garantizar que ellos también puedan cumplir su sueño americano. La decisión final de los jueces afirmará si la amenaza de la administración Trump de desmantelar el programa está justificada o no. A medida que el trabajo para la Corte Suprema comienza a concluir durante los meses de verano, una decisión sobre el programa es inminente.
“Me duele el intestino ”, dijo Montoya, de 29 años, que nació en México y se mudó a Arizona con sus padres cuando era menor de edad. "Es este nivel constante de ansiedad". En sus esfuerzos por apoyar activamente la política de los Estados Unidos para proteger a los inmigrantes indocumentados que llegaron al país como menores, Montoya fundó Aliento, que proporciona recursos a otros destinatarios de DACA que enfrentan el desafío de no conocer su destino. Las ansiedades y los temores han presionado a Montoya a pensar en lo desconocido. Las circunstancias inciertas de quién se encargará de sus responsabilidades financieras, como su hipoteca u otros peajes, han causado un gran estrés para Montoya. "Cuando realmente haces una
pausa y piensas en todas las cosas que necesitas pensar, es muy desalentador", dijo Montoya. Otros receptores de DACA tienen hijos que son ciudadanos de los Estados Unidos, Montoya a menudo teme por su seguridad y sus problemas.
El programa de 2012 fue implementado por el presidente Obama en un esfuerzo por ofrecer algunas protecciones a corto plazo para los menores que ingresaron a los Estados Unidos. El programa ofreció permisos de trabajo y protecciones contra deportaciones que continuamente deben renovarse en un período de dos años. Extensas evaluaciones y verificaciones de antecedentes para calificar para el programa se pusieron en el programa para garantizar que no se abusara de él. Bajo la administración de Trump, ningún nuevo solicitante puede inscribirse en el programa. Aquellos que ya se han inscrito todavía pueden renovar sus permisos de trabajo y están protegidos contra las deportaciones. El destino de DACA ha estado en manos del sistema judicial y, en última instancia, de los jueces de la Corte Suprema desde que el presidente Trump llamó a poner fin al programa en 2017.
Adrián Escarte, como Montoya, llegó a Estados Unidos como un menor. Desde 2014, Escarte se ha inscrito en DACA. El destino incierto para el programa ha causado una gran preocupación entre Escarte y sus amigos que también son receptores del programa. Cada lunes, esperan escuchar las noticias en twitter. "Cuando no ha habido noticias, respiras aliviado y dices, ‘ Está bien, estamos bien para esta semana ‘", dijo Escárate, quien ha sido parte de DACA desde 2014.
Las autoridades de inmigración han dicho que deportaran a cualquier destinatario de DACA que tenga un caso judicial de inmigración existente. El senador Dick Durbin, cuestionado en audiencias recientes en el Senado, cómo se implementaría la deportación de los beneficiarios de DACA. Henry Lucero, jefe de operaciones de remoción de ICE, dijo que "no hay un plan o planificación actual para esa situación", pero la agencia sigue todos los procedimientos que son legales. Eso significa que cientos de miles de personas bajo DACA pueden ser deportadas, posiblemente durante la pandemia de COVID-19.
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